Lo de
ser Psicólogo lo tenía claro desde siempre, tened en cuenta que mi madre me
llevó a Madrid cuando yo contaba con solo tres años, fueron catorce años de
rehabilitación, solo interrumpidos por pequeños descansos en los que volvíamos
al pueblo.
Y
claro, conocí a muchos niños a los que ayudaba en lo que podía, pero también
quería ayudar psicológicamente porque pienso que al ser yo uno de ellos, les
puedo comprender mejor, ya que he pasado por muchos de sus problemas.
Por
ejemplo:
¿Qué
hacer cuando el alcalde te da largas aun siendo objetivamente mejor?
¿Qué
hacer cuando la chica te rechaza, aunque solo sea feliz contigo?
En
cuanto al confinamiento, no tenemos problema, porque somos los grandes
olvidados de la sociedad, estamos acostumbrados.
Pero
si, yo quiero ayudar a personas con diversidad funcional, lamentablemente ¡No
me dan la oportunidad!
¡Ah!,
se me olvidaba, existe otro motivo: La ventaja de ser psicólogo, es que es la
única profesión, en la que el cliente nunca tiene la razón.
Haciendo prácticas en la Universidad de Jaén. |